viernes, 30 de diciembre de 2011

La plata

¿La plata? El guante o nervio
de una dolorosísima borrachera/adiós,
hálito o gruta, gratos figurantes
que aquél, rijoso, ruge
para las cuatro cuerdas: sed/breviario
de todo ensalmo o colisión
que un niño carraspeará por siempre de emoción: gas, reservorio.

¿La plata? Un ganglio, una crujía
porosos, insuficientes, viles morsas, temblor/recado
que mal boquea y busca,
isquemia la emoción perturbadora -¡pasividad, efigie!-,
un arrecife/tina, algún jolgorio de
Babía o quien calló, anulada:
la no versada cuota, el arce.

jueves, 22 de diciembre de 2011

Ustedes y nosotros

¿No cierto, Ceci, que los Harry Planta
envidiamos, mordiéndonos
los labios por callar, por no querer
que nos sepan iguales,
toda esa larga serie de partuzas
a que vos y los tuyos
se entregan, con la excusa -¡qué envidiable!-,
de leerse y reír?

Lo cierto es que se leen entre ustedes
lo mismo que nosotros,
pero jamás renegarán del dulce
reírse, sin tapujos
y estrepitosamente, de la vida y de
lo horrible que leyó
el último en subir al escenario
-que abajo se prolonga-:
todos la ligan, fiesta 
en que el fernet no falta.

Y felices regresan a casita,
reluctantes de cuerpo
y de salud, indómitos y siempre
amantes de la noche,
que es una sola: la de los que brillan,
satisfechos de sí, de su deseo.

Porque también nosotros
nos alabamos mucho, desmañados,
mediante palmaditas en el hombro,
y alentamos al joven
y censuramos todo
apartarse del santo statu quo;
pero nuestros salones
se hastían de rencor y carraspeos,
por más que nos digamos
que esta carrera es cruel, que así es la cosa.

Así, mientras ustedes
colapsan emociones, las exprimen
hasta acabar rosados
-¡qué bien gozadas horas!-,
nosotros, amargor
y servilismo, somos
como el enfermo que declara, ingrato,
estar mal atendido:
ese resentimiento
que Nietzsche despreció. Porque lo cierto,
también aquí, no pasa
por escribir y por leerse, y menos
por el endriago de callar a tiempo,
sino por ser dos modos
opuestos y enemigos: vieja historia.

Córdoba, dic. 2011

martes, 6 de diciembre de 2011

Viraje y avizore

Un solo signo me dará de comer.
Será como un uniforme o traje
que nunca habré de vestir, insomnes,
o como lienzo y cruz volcados
al corte antecesor, a lo que ya no finjimos, 
y que nos ase: bruto pergeñar.

lunes, 21 de noviembre de 2011

Montículo u oasis

Ella dormía y yo
-montículo, pradera-
leía pronunciando
versos como racimos.

Racimos que, sonoros
y suaves, cobijaban
con dulzura ese cuerpo,
oasis y penumbra.

Penumbra y relumbrar
de sus rendidos senos,
sueño reparador.

Leía disfrutando,
cuidaba ese abandono:
cumplida habitación.

lunes, 7 de noviembre de 2011

De nuevo una vez más

Sé que socavo muros,
que quiero hacerlo, en vos, como en mí mismo.
(Tu plaza pregonaba desencanto;
la mía era luctuosa
rigidez y torsión.)
Huelo tu renegrida cabellera
tan despacio y profundo que percibo
el nido en que, ocultándose,
una tibia paloma late:
acurrucada, temerosa: niña;
te tomo de la mano
y presiono buscando, sin saber
si corresponderás -¡cómo saberlo!-
al requerir. Son modos
probados del amor
-intimidad/pudor- con que dos cuerpos
intentarán cambiar
de piel y relucir
jóvenes de nuevo al sol; modos que pueden
ser descubiertos, ser inaugurados
de nuevo una vez más y por siempre de nuevo.

miércoles, 2 de noviembre de 2011

[s/t]

El paso timorato, la mirada
distanciadora -temerosa-, los
silencios y los mudos
aullidos, la palabra que simula
algo que no será, las repetidas
maneras de morir,
manoseadas y hueras: tu perfume
reduce cada muro, se le ríe
sin pensar ni planear,
¡sabroso terremoto de estos días,
ala del consistir y roce
que me socavan dulcemente, y más!

martes, 25 de octubre de 2011

Primero tragedia, después comedia - (Un sueño)

Sos vos y no sos vos. Sos más petisa,
vas de camisa blanca,
desabrochado el cuello, más sensible,
como que en falta. Niños
se mandan a la sala, ponen música
que no le agrada a tu
amante del momento. Vuelve a cero
mi celular, soy hombre
y arrastro a tu Don Nadie por el brazo,
escaleras mediante,
hasta la calle. Luego, mansamente,
y en calzoncillos, me
dejo llevar por canas. He perdido
las mañas: soy cortés
con quien me pide el documento. Había
tocado un contrabajo
en un momento de la noche, con
el arco. El Monse como
una pocilga, y el revisionismo.

miércoles, 12 de octubre de 2011

La máquina célibe

Es casi como el muelle que visito, insaciable,
cada tantas jornadas, en busca de ninguna;
y los barcos se alejan sin que nadie me mire,
y rudos marineros musitan salvajadas.

Es casi como el paso con que intento alejarme
del bosque de la rama dorada, sus oficios;
y manos inclementes me regresan al templo
inicial y estentóreo de ritos que me agotan.

Será que estoy marcado. Será que la inasible
fortuna me depara sólo angustia y ascesis.
Pulo versos que caen como goteo lento
y propicio más lustros de nudo en la garganta.

Una raja sin nombre me calcina la frente
y cuece la distancia con que te juzgaré.
Una raja que es todas las mañanas de turbio
dolor encasillado: raja de la estulticia.

lunes, 19 de septiembre de 2011

Circe

Con el tiempo se fueron, me parece
--¿quién puede asegurarlo?--,
los lloriqueos que te dirigía,
mi crudo adolecer
en versos; con el tiempo inauguré
un nuevo modo, un alma
ahora indiferente a tus encantos.
Ya no disfrazo, ciego,
esas tus fases con los trapos sucios
que la Luna, reflejo
de lo pasado vivo, te adosaba,
doble de mí, estilita
yo de su ser, el mío, el alevosa-
mente interior. Deidad
inexpresable y propia que agotaba,
que retorcía gestos
sin ella distendidos --meros dados--,
y hacía de tus frases
y silencios un muro, una alta llama
resplandeciente de
oracular rechazo. Nunca supe
de Esfinge superior.
Hoy te oigo hablar, y poco queda ya
de tu poder, del mío:
tus palabras se esparcen, distraídas
de su tenor pasado,
y mucho me distancian tus manidos
modales de hembra en quiebra:
modales de quien sabe que ya no
hechiza, y se despide.

lunes, 12 de septiembre de 2011

Gregorio Pedroca


Banda sonora: Michala Petri (With Lars Hannibal & Copenhagen Philharmonic Orchestra) -- Los Angeles Street Conce 

Uno gime postizos y el otro desenfoca
las amebas que fungen de paloma torcaz;
y con los simulacros de un ropero o su faz
propalan juntamente las magias que Pedroca

dispuso en pasacalles o sirtes del estorbo
--cronicones espurios, traslúcidos osarios--.
Uno aúlla cornisas y el otro acecha, y varios
dedales de melancia se prometen, su morbo.

¿Inquietos hollan muelles, se precipitan llanos
contra las mil estancias de bendecir adioses?
¿Deseosos incursionan entre riscos o roces,
o bien con sus informes desacomodan manos?

Uno llora melones y el otro se impacienta
con Gregorio. Una mula repica y se desdenta.

miércoles, 7 de septiembre de 2011

Velita de leer

Vela que ardés, velita
de leer o latir
por horas en la noche
al fulgor de los libros:

¿cómo fue que llegué
a tu ermita o cayado?
(Yo venía de lejos,
de años de derruirme...)

Velita humilde, vela
que propiciás fortuitos
encuentros y evitás
la búsqueda infinita:

¿por qué me reconforta
ahora tu patrón?
¿Por qué lo que era chanza
ahora me conduce?

jueves, 25 de agosto de 2011

La Causa

Pasan Testigos. Hablan
esperando mi no
--su puerta al Paraíso--.
No lo otorgo. Me dejan
un folleto soñado
--respuestas para todo--
y prometen volver.
Dos viejas con un poco
de carmín en los labios
y falda obligatoria.
Dos viejas que no hacían
ya nada con sus vidas
--a lo sumo barrían
siempre a la misma hora
la veredita humilde--;
y la hiel de una culpa
un día fue almuecín:
había que salir
de la pasividad;
y los males del mundo
y la Promesa son
su tecito de yuyos,
la Causa que les cuadra.

martes, 16 de agosto de 2011

La aguerrida

Sardónico, violento,
intempestivo, agreste,
patotero, incivil:
un gallo me calzaron
por campechano. Imbécil
mi querer comprender
qué pasó. El capital
simbólico se gana,
actualmente, apedreando
trenes que no eran tales.
Quién desprecia mejor:
no conversar, hundir
mediante irreversibles
sarcasmos: performance,
es decir, poesía.

lunes, 8 de agosto de 2011

Aire del alejado

Quizá no hay nada que decir. Quizá
la sombra de recelo
en que me tengo está
latiendo de otro modo. El estupor
que sofreno y acallo
con oraciones habla,
quizá, de que he partido, y que demoro
la mirada en espectros
que ya no me sosiegan,
pasado en que no puedo ya guardarme,
mano de que me suelto.

jueves, 4 de agosto de 2011

Todavía no

Asamos dos castañas
al rescoldo del tiempo:
tus ojos y tus labios
hablaban de saber.

De saber que me habías
cautivado, y callabas,
dulce como la costa
cuando cae la lluvia.

No hubo truenos, ni flecha:
comencé a desprenderme
de capas y más capas
de sentido inconcluso.

(Sentido o duración
que ya casi ni sueña;
esquina de medir
cuerpos que resplandecen.)

sábado, 30 de julio de 2011

"Ahora, baila."

Es verdad que tenías
muchas cosas. Las veces
que comienzo a escribir
sin mucho fundamento
que digamos, regresan.
Y todo queda en verbo
imperfecto, 'épuisé',
en giro que se agota
y sin embargo calma,
monótono sentir.

Tenías, por ejemplo,
libros que se apareaban,
biblioteca de estantes
robustos y ladrillos
que quizá eran Palmar.
Ya lo ignoro. "Tenías"
es como preguntarme
sin treguas qué te hacía
singular. Como un modo
ciego de la memoria.

La belleza que Auden
explicara al hablar
de Shakespeare, sus sonetos:
eso tenías. 'Charis'.
Yo no puedo creer
que te hayas alejado.
Permití que me obstine
--surtidor o cigarra--
en retratar tu forma
para bien de los otros.

miércoles, 27 de julio de 2011

Fragmento fiduciario

Bendigo la maroma. Tres mancuernas
de lija en sal indagan los insomnios
que en deshonor fulgieron,
Procusto de un pulir.

Lustro el emblema de los guantes malva
con ácidos, con fuelles, gran ventosa
que merecí. Breviarios
remedo, permanecen.

Fulcro, señal, precognición ignara:
los tirios me abdujeron,
se estremeció el simún.

Ínclito morbo, dromedario, yeites:
prohijo los decires
de ninguna pitanza.

jueves, 30 de junio de 2011

Sólo unas llaves

Costoso sinsabor, aquerencié
apenas si unas llaves
que me recluyen, tácitas y firmes.
Ya basta de esperar,
entonces, ni una sombra de consuelo
o de tibieza. (Miro
los desleídos rasgos de aquel rostro
en la imaginación:
inútil piedra cargo, inútil hambre
que no se saciará
y que sólo da paso, en el presente,
a sombras que proyecto
en otros rostros, grávido tenor
con que maniato, ducho,
pespuntes de verdad.) Sólo unas llaves
logré, que me conducen
al escenario de los desfasajes
en el que reino solo.
Ya basta, sí; pero la dulce senda
hollaré nuevamente. 

viernes, 24 de junio de 2011

Marta

Esa chica, que no es dechado de cultura,
me contaba lo mal que le va a su familia,
pero como gozando del violento relato,
o como pretendiendo sorprender con sus giros
cotidianos y turbios -hechos vueltos palabras-,
y salidas traviesas, cada tanto, y refranes.

Yo escuchaba, le daba la razón, asentía
a brutales preguntas -¿cuál es mi sí, mi no?-
que cada tanto hacía, que no esperaban réplica,
y si me condolía por tal o cual quilombo
reforzaba con otro más oscuro, más crudo,
a la vez que el contarlos los relativizaba.

Tal era su descanso, su respiro: contar
lo fatal de su vida, desgranar las semanas
de gritos y de golpes, sin guita y sin comida,
durante una visita de facturas y mate,
como buscando aliento en ese hablar sin pausas
que apenas pretendía, no sé, poder hablar.

viernes, 10 de junio de 2011

Pandora

Un poco con la espera
-no verte; reclamarte-
se afinaron mis versos,
se hizo sutil el arte.

El arte de buscar
palabras elocuentes
con que nombrarte; un arte
de pulsiones renuentes.

Renuentes y a la vez
hondas, como la bruma
del pozo de que extraigo
guijas de breve suma.

Así, fantasma flaco
de tonadas de arena,
adoptaron mis ojos
la tristeza serena.

Jan Garbarek circula
en la siesta sonora;
se expanden estos versos
sabiéndote Pandora.

jueves, 2 de junio de 2011

Innoble

Cómo marchar por las
arenas de un desierto
inhóspito, salvaje;

cómo beber de un agua
que no calma la sed,
y jamás ha llovido;

cómo un muerto dispone
las horas y los años,
cataclismo de lanzas;

cómo regir cometas
de un cielo que es igual
a lunares vencidos...

¿Qué es ella? Un atolón
por el que caigo o muto
interminablemente.

Un labio que rechaza,
y es el único labio,
aquelarre los cuerpos.

Infernal y distante,
trazo el abracadabra
de una magia vulgar.

Qué más quiere el endriago.
Qué fosa lo recluye,
por qué pasea frases.

Frases o dentelladas:
y masca sin apuros
un ensalmo de arena.

domingo, 22 de mayo de 2011

"Al modo en que Giannuzzi paladeaba..."

Al modo en que Giannuzzi paladeaba
cierta palabra porque no sabía
qué quería decir, y no apelaba
adrede al diccionario, yo decía
cada tanto tu nombre, y me enteraba
con conmoción y espanto que no había
nada de vos ahí, que no moraba
tu ser en esas letras. Me aturdía
esa falta de vos, en vano andaba
con las palabras, de tu nombre hacía
un amuleto muerto, y más penaba
cuanto menos de vuelta te tenía.

Hoy me quedo callado, y no contemplo
sino las fotos: otro inútil templo.

viernes, 13 de mayo de 2011

De oscura lucidez

Sé que chocó nuestra mirada como
dos astros apagados que se encuentran
una vez más, fatales en su marcha
de siglos gravitando como espectros
uno del otro, marca
antigua, necesaria. Resistí
lo más que pude tu pasar reacio,
el severo semblante, la constancia
paradojal y firme de tu luna,
de oscura lucidez; luego cedí,
alcé mi mano para saludarte
mientras bajaba el rostro, comprendiendo  
que el inusual encuentro, la entrevista
habían terminado. Como dos
astros errantes cuya más lejana
noticia es ese mito de los dos
gemelos que se amaron y que el sino
separó para siempre, justiciero. 

jueves, 5 de mayo de 2011

Cada uno por su lado

Hoy también callaremos, como calla el osario
de lo que no nació, torpes y recurrentes,
y beberemos mucho, y reiremos más,
con la jeta torcida, desalmados sin gracia.

Y el fecundo presente proveerá de excusas
para las horas de ángel, aljibe que se ahoga,
y nos criticaremos sin piedad, minuciosos,
distantes, enervados, eje que se deshace.

Somos tan predecibles... La mañana se acerca
y vos despertarás y leerás, calculo,
estos versos que buscan matices que te traigan.

Fuimos tan imprudentes... Me acostaré queriendo
-sin mucha fe, confieso- que suene el celular,
que me digas que no, nada que ver, yo nunca...

lunes, 2 de mayo de 2011

El puente

Una vez más callar.
Una vez más la ruta
de vegetar en versos.

Y cuerpos en la noche
se entreveran y gimen
como lentas bengalas.

Y mi sombra en el muro
regurgita un deseo
que nadie colmará.

Guijarros en los pies
y muertos en las manos
que elevan este puente.

Puente de reluctancias:
desfondada la base,
el paso clausurado.

sábado, 30 de abril de 2011

Paseo Sobremonte (boceto)

Dos nenas en la fuente
vacía. Corretean,
se ríen, saltan. La
familia (la señora,
el diligente padre)
las llama, las conmina
a no hacer tanta bulla.

Sentado, anestesiado
por los mil cigarrillos
(quién me rescataría),
espero a que la espera
me deshaga, me anule:
la plaza, apaciguada,
y yo, caduco, vil.

miércoles, 27 de abril de 2011

Hécate

Miro mi cigarrillo,
el monitor, su rostro.
¿Pavesas, arderemos
por poco tiempo, y chau?

El frío de las cinco,
y yo, descalzo, quieto.
O inquieto: PJ Harvey,
expresionista, aúlla.

Contemplo, mientras fumo,
esa Esfinge desnuda:
no hay palabras que digan
qué le soy, ni qué es nada.

(Las palabras: pegotes
que ni rozan su cuerpo,
ansiolíticos que
pretenden completar.)

Halo de PJ Harvey.
Ni Felisa protege.
¿Una vez más la Luna?
Arder. Y nada más.

domingo, 24 de abril de 2011

De Bibi a Bibi

"y aquel violín lejano y canoro
su tallo hace vibrar"

Vegetal, inocente
y firme como el viejo
magnolio en el jardín
de los cansados padres.

Y las enredaderas
se te trepan, abrazo
que tiene sus avispas,
crecimiento ondulante.

No me llega tu aroma
a esta aldehuela, pero
te sé bajo la luna,
dormida, singular.

(Cruenta diosa salvaje,
que sueña y se sonríe;
perversión de unas flores
profundas, delicadas.)

martes, 19 de abril de 2011

Asfódelos

Qué pocas cosas que quedaron de
ese amor temeroso, que perdura
tan sólo en pobres versos que recitan
hiel y reproches, sorbos que mantienen
incólume la sed: yerta fontana
de donde surgen lívidas figuras
que no son ella, sombras que se mecen
inaferrables, áridas y siempre
desdeñosas, ajenas a mi pulso
de liberado esclavo que, no obstante,
se inclina a sus cadenas, sus crateras.

Y eso quedó: ser otro del presente
-forzar los dados: negra suerte-, llagas
eternizar, sin cura. No comprendo
por qué su huella no se desvanece:
como luctuosa queja, como quiste
inatacable que detiene la
vida que puede florecer de nuevo,
vida que expande el mal al cultivarlo.

miércoles, 13 de abril de 2011

Superyó

Dispar periplo, tuerto: la galleta
que confundiera tanto yace ahora
desenredada, inocua. La mañana
apaga los foquitos.

(Foquitos/pesadilla del que gasta,
mi padre se cernía en un fractal,
nictálope mi ceño, de repudios,
enfrentamiento exangüe.

Y su piel operada, agrio racimo
que encandilaba: agón, distanciamiento
hechos razón, sistema: una derrota
en bienes devengada.

Alivianado luego, transmuté
funestas oraciones en cadencia
y, sin nombrarlo, retomé el dictamen:
tirano de la forma.)

Fumo y desecho, recompongo y sigo;
la zona con que sueño es la del alce:
desceñidas caricias que se esfuman
y un optar por la sal.

(Pobre la chica que inmolé en poemas,
conducida al sitial a chicotazos
de despecho verbal; y más se salva
cuando menos es verso.)

Franqueza, duración: con tales paños
diseñaré, me digo, otro velamen;
seco, rastreo nuevos arrecifes
hacia los que llegar.

domingo, 10 de abril de 2011

Repetición de alcance

¿Cómo fue? ¿Ya no está,
voltearon el umbral
que solo inauguraba
estar con otro? ¿O, terco,
me empecino -pesado
zombie de los noventa-
en el viejo pestillo, en viejas llaves?
¿Se deslizan cangrejos
por mis entrañas y huyes,
antípoda de pases
o taras del pasado, de maniobras
inconducentes que
digito ciego, pozo
en que evitás caer?

Desdén genero, innúmera,
en vos tan sólo, lote y lotería
sin sátiro y sin ángel, entimema
del que constatas -tres
figuras desiguales- que el penique
engordará a los amos esta vez:
modos pueriles, lances
que de una rechazás. Ardida noche
del aterido o vela del teclamen,
regreso a una escritura
en que te digo cosas improbables
-inabordable, mil-
que negarás sardónica.

lunes, 4 de abril de 2011

Proteccionismo y caza

Amar. Escolopendra y sinapismo
reniegan de un hacer que -¡perdularios!-
limas hurtó del numen y, mojarras,
se apropinguó a por bragas de un simún.

Fumar. Capcioso, requerido, enteco,
el hijo de Rolando y Nefertiti
decomisó yacijas demandantes,
y a la maroma y filo renuncié.

Pasar. Tu indiferencia por los astros,
morena del ordeñe,
Ciudad Juárez y dril,

malhumorada o fiel, probó del boldo
que a la pasión conduce:
repetido rubor.

jueves, 31 de marzo de 2011

Oscurantista

Demoníaca sombra, cada tanto
-cuando contemplo nada
al ritmo del reloj  y, pesaroso,
pretendo descansar-
llega el protervo de la llama cruel:
fantasma y enemigo,
nunca consigo distraerme ni
hallar mejores armas,
otros herrajes con que defenderme
-¡cocción a fuego lento!-
de sus ataques. Ducho Maquiavelo
de lo pasado, crujo
en un cadalso, en un infierno que
late y se asienta en nada,
en nada más que en mi adorar imágenes
que, así, me sodomizan.

viernes, 25 de marzo de 2011

Sueño y poema

La noche me devuelve una respuesta
que no deseo. Dientes
que tornar a la vida, sinsabor
de tu mirada avara,
y un arma o libro para regresar
que guardo bajo la
remera. Es infernal pero seguís
ejerciendo de Musa,
aunque tus formas lanzan, como dados
cambiantes, evidencias
cada vez más extrañas, cada vez
más dolorosas. Me hundo
en ese insomne laberinto o sueño
en que te presentás
de malhumor, echando, y yo también
quiero alejarme, me
despido y viajo, en colectivo, armado,
munido de palabras
que convierto en poemas a la vuelta
de ese mundo sin fe.

martes, 8 de marzo de 2011

Éste soñó de nuevo

Este que ves, pelele del emblema
pertinaz y caliente
de su deseo, llama inconducente
y origen del poema;

este que escribe, vacuo, rebotado
por las minitas mil,
inane, pesaroso, fofo abril
de rostro cortajeado:

éste soñó de nuevo
caricias y canciones,
caderas y pezones,

ardido por un cebo
que mintió sin medir.
Y tener que fingir.

domingo, 20 de febrero de 2011

Pasar de largo

"luz" 
(Paula Cantarero)


Anulé esas tres letras. Quintaesencia
de sus creencias, algo
como una llave de karate. "Foco
y mantra que son ley
de los planetas, del
pálido microcosmos bipolar",
pongamos que pretende, "a que reduzco
tus labios". Un influjo
y un chat que ya no están. No quiero más
esa tortura religiosa: río,
imán con que apuntaba rechazando.
¿La vida, una oración
circular? Sofocaba realidades,
contraatacaba "para bien"
algo que vale más -y ahora me relajo-:
mi anhelo. Reluctancia.

miércoles, 16 de febrero de 2011

Una simple canción

"Yo soy Juan,
el último aparecido." 

Algo no ha muerto, en mí, no todavía:
escuché esa canción
hace un rato nomás, y me pegó
tan hondamente que
temí una euforia. No era nada de eso:
después de libros/náusea,
después de refinar mi colección
de ideas abatidas,
inconsecuentes, Gieco me acercó
un fruto del sentido
y la emoción, la lluvia. Todavía
hay algo más que hastío,
hay algo más que el pálido cultivo
de la mente. Las huellas
de una crueldad helada que asoló
esta región del globo
y el no que es necesario que se oponga
a tan siniestros ojos 
aún son cosas con significado:
por cómo eso me pega,
por cómo puede provocarme el llanto
una simple canción.
Dejo los libros displicentes para
otra ocasión y escribo
para más recordar que sí latí,
que sí cantó con Gieco
mi cuerpo, su verdad.

domingo, 6 de febrero de 2011

Un autor olvidado

No hay emoción ahora. El cigarrillo
humea en la penumbra. (¿Quién habrá
hecho esta sinfonía? La fanfarria
que cierra el movimiento, la tragedia
que abre el siguiente no me lo revelan.)

Pasa un auto a lo lejos. Amanece
muy lentamente y la ciudad se pone
a trabajar. (Anoche no hubo Mona
en el Sargento. No hubo semblanteo
del cana mandamás, el veterano
-esa mirada cruel, que te cachea-,
a los que salen, a las cinco, a los
que intentan -necesitan- ir al baño
de la estación, cerrado hasta las seis.)

Dolor de espalda. Desperté a las dos,
pero de ayer. La gata está comiendo
del balanceado. Puede que me duerma
sin más. (Me tomo un vaso de agua
helada, transparente, refrescante,
un Lizarazu que degusto a solas.
Por hoy no hay maquinita de escarbar
secos escombros: nadie se lamenta,
y menos yo, que nombro lo que tengo.)

martes, 1 de febrero de 2011

Ante la Ley

¿Me querés simplemente desvariando,
desatinando, dando contra el muro
de tu apatía, de la gran distancia
e inaccesible en que te erguís abrupta?
¿Me equivoco al querer que me respondas,
que alguna vez me escribas en el chat
-porque te veo, luz de algún Nirvana
que calla señalando, como Apolo-,
alguna vez dirás: "a ver, saludo,
por saludar", y nada más, sin mucho
planificarlo ni temerlo? ¿Acaso
ya ni leés, acaso regodeo
relumbra en tu mirada cuando andás
por este blog, o culpa...? - No tendré,
bien que lo sé, respuestas, constricciones
ni desmentidas. Sólido Guardián
recibe estas cuestiones, las revisa,
no dice nada, ducho en la tarea
de vedar este paso a los anhelos,
a algo que suda. Cuando yo me aleje
(no veo forma, ahora) enterraré
el relicario, cederá la sombra.

sábado, 29 de enero de 2011

Charla de café

a Thomas Fournier-Airaud

Mira el mundo según
un relato, me dice, una ilusión
que da sentido al tiempo
que lo separa del final. Parece
que realmente cree
en lo que dice. Pienso, de inmediato,
y hasta le objeto, que
ese relato tiene que tener
asideros afuera.
Que la ilusión contiene lo ilusorio
muchas veces. Hablamos
sobre el asunto, pero, entre argumentos
que examinamos, pienso
de pronto que esa argucia que plantea
y que defiende con
razones es -el vértigo es fugaz-
el resultado de años
de reincidir en traumas, de buscar
acaso amargamente
cómo modificarlos y forjar
otra clase de pulso
para las horas. Algo que lo salve
de la puntual debacle
de la vida. Y me callo, cohibido,
y entonces puedo oír
otra voz, que me cuenta el Paraíso
una vez más y al cual
quizás entremos si lo pergeñamos
de modo verosímil.

sábado, 22 de enero de 2011

La duración

 
 "El presente es perpetuo."
(Octavio Paz.)

Estoy inmóvil, fijo en el presente:
como un ancla que tira.
Y ya no tengo sed de otro momento;
y la mente, pantalla
maciza, detenida en percepciones
que ya no te conmueven,
elige las palabras con que dar
testimonio preciso, relación
de esta derrota. Mente
que es duración y boya en la sequía
-pero la sed partió-,
mente que late, quieta, trepanada,
acorazada. Gira minuciosa
la realidad, y atiendo
a su fluir moroso para así
girar con ella. Nada
sino presente, cuadro
parejo, sin fisuras, firmamento
palpable: persistís
en eso, en esa grama
que tus brazos recorren,
que no tiene final. Y un juramento
ante un espejo roto 
-"vivir a toda costa"- es ocasión
irremediable de
las horas como limo
que te martillan, que te tragará.

martes, 18 de enero de 2011

Algo más sobre las calenturas

"Dígale no a la Coca-Cola."

Tapitas de gaseosa
sobre una mesa o puente. Éramos niños
prácticamente. Me refiero a que
jugabas a la Izquierda: con su Silvio,
con su Galeano, con
su Benedetti. Hacías
consignas de sus versos
(consignas naturales, transparentes);
y el sueño de tu padre -un revolú
aburguesado: los Olimareños,
el asadito-, repetida trama.
Yo hacía de tu cosmos,
sin darme cuenta, una emoción/influjo,
algo que ahora es huesos,
su relicario. A veces
se aparecen, despiertan, como cuando
escucho ciertos temas
y me entristezco, y siento, vagaroso,
en mí "ideales": lívido collar
que llevo aún conmigo 
y que adquirí en un flash: primera novia.
Monedas pobres vibran
una vez más. Mañana, qué sosiego,
será mañana: el filo
de otra guadaña caerá -¡la siega!-,
sobre tus suaves manos: evitándolas,
haciéndolas. Por hoy, estas tapitas
-traición querida, rumbo
enredado del tiempo-
son otro nombre tuyo, una memoria
como temor o risco desleídos.
Y volver a Serrat.

sábado, 15 de enero de 2011

Flor o lazo perdido

Nombre redondo el tuyo. Escucho música
y se me viene, y lo barajo apenas,
sin que por eso vuelvan -no hay regreso-
esas dos manos tuyas como cuenco,
la vez que me pedías que apartara
un poco al menos mi
carácter, para así
comenzar algo juntos. Tu figura,
la borrachera, el cana: aguada escena,
ahora, en esta silla, esta mañana,
y mi vecina parte
para el laburo, y yo
hago lo mío. Sólo un entimema
que en mi interior se dijo, un sello, cuando
hice una pausa y me dejé llevar
por este blues de Frisell que -sabés-
nunca oirás ni yo
silbaré para vos. Sólo una pausa,
y este asalto periódico, medido,
a una hacienda infinita 
al que ojalá tu Macintosh
dejara ya de frecuentar, flaquita.

miércoles, 12 de enero de 2011

Dados de más

Si el tipo no tuviera paramecios
en la cornisa bronca de su yate,
me entretendría, ducho, con tu guita,
y yerbatales, y ominoso lar.

Ceñida la cintura por el niño
de la memoria, insisto en desafueros
o Casa de las Tejas: nuevo moño
de seda verde sin apaciguar.

Toca la rumba el tipo, su meollo,
y los Aliados bailan como frutas
que al entrevero, pochas, son clamor.

Un hálito de sierpe: ¿disponías
dados de más por mersa, por mercante?
Meo con mi juanete el resplandor.