¿Cómo fue? ¿Ya no está,
voltearon el umbral
que solo inauguraba
estar con otro? ¿O, terco,
me empecino -pesado
zombie de los noventa-
en el viejo pestillo, en viejas llaves?
¿Se deslizan cangrejos
por mis entrañas y huyes,
antípoda de pases
o taras del pasado, de maniobras
inconducentes que
digito ciego, pozo
en que evitás caer?
Desdén genero, innúmera,
en vos tan sólo, lote y lotería
sin sátiro y sin ángel, entimema
del que constatas -tres
figuras desiguales- que el penique
engordará a los amos esta vez:
modos pueriles, lances
que de una rechazás. Ardida noche
del aterido o vela del teclamen,
regreso a una escritura
en que te digo cosas improbables
-inabordable, mil-
que negarás sardónica.
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