domingo, 20 de mayo de 2012

Escarceo

Ya van a ser las cinco, amor. Vos descansás
allá en tu pieza, niña que duerme en la penumbra...
¿Escribo o miento? Soy un tibio que no alumbra
ni siquiera los bordes de su texto. Veraz,


sumario. (Más bien terco, prolijo, innecesario.)
Bobo post, escarceo que una anciana demente
y gangosa genera, desorbitadamente:
lo apartarás sonriendo, sin dejar comentario.

Pero nada te pido: sólo quería hablarte,
sólo quería ver, una vez más, sediento,
tus ojos, esa luna a la que, doble, asiento

las veces que, gustosa, entrecerrás con arte 
los párpados. (En fin: ahora que el poema
miente un poquito menos se me acaba el esquema.)

martes, 8 de mayo de 2012

El más sutil espejo

Si mi mirada no topara con
--siempre, indiviso-- el rostro
altivo y desdeñoso, superior,
de ese que siembra caos
en mis entrañas/miga, colibrí
que huye desesperado por los secos
fustazos con que las
flores nutricias lo señalan, sin
alejarse del todo, libador...

Si mi mirada no topara, y siempre,
con ese rostro inapelable y liso
e impronunciable y vil como un enigma
que sólo con amor
descifraré: vasija que cayó
en medio de la nada, y se deshace
por siglos, y no logra
quebrarse, reposar; vaga vasija
que ya nada conserva...

Pero miro, y el rostro
aguija con violencia al corazón:
cruel ordalía, innumerable y una,
que enfrento a cada paso,
a cada retener lo que calló.

Y miro y es preciso
caer de bruces, o desgañitarme
de nuevo, una vez más, con la aguanosa
sustancia de mi huero y vulnerable
--por timorato-- pulso.

De nuevo, una vez más. Experimento
--¡¿por qué?!--, sin traspasarlo,
el más sutil espejo: el circular
--calígine, demanda--.

miércoles, 2 de mayo de 2012

Me estoy abandonando

Me estoy abandonando. Como quien,
en medio de la pampa,
calmo, feliz, sospecha, de repente
y sin real motivo,
que todo se derrumba: porque alguno
vino que sugirió
que todo es falso, y signo de la muerte;
y se abandona. Incluso
me alejo de mi chica, marioneta
mi cuerpo, flojos los
hilitos. Deposito en la penumbra
este torso o esfuerzo
y ya no quiero caminar, y busco
sólo quedarme inmóvil
y mirar esas luces que a lo lejos
crepitan y se apagan.


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este poema puede ser escuchado cliqueando aquí