Dos nenas en la fuente
vacía. Corretean,
se ríen, saltan. La
familia (la señora,
el diligente padre)
las llama, las conmina
a no hacer tanta bulla.
Sentado, anestesiado
por los mil cigarrillos
(quién me rescataría),
espero a que la espera
me deshaga, me anule:
la plaza, apaciguada,
y yo, caduco, vil.
oh atención!! atención! el poeta nos mira benditos seamos!!
ResponderBorrarY te voy a mandar al frente, a vos y a tu pipeta antialcoholemia...
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