jueves, 30 de junio de 2011

Sólo unas llaves

Costoso sinsabor, aquerencié
apenas si unas llaves
que me recluyen, tácitas y firmes.
Ya basta de esperar,
entonces, ni una sombra de consuelo
o de tibieza. (Miro
los desleídos rasgos de aquel rostro
en la imaginación:
inútil piedra cargo, inútil hambre
que no se saciará
y que sólo da paso, en el presente,
a sombras que proyecto
en otros rostros, grávido tenor
con que maniato, ducho,
pespuntes de verdad.) Sólo unas llaves
logré, que me conducen
al escenario de los desfasajes
en el que reino solo.
Ya basta, sí; pero la dulce senda
hollaré nuevamente. 

viernes, 24 de junio de 2011

Marta

Esa chica, que no es dechado de cultura,
me contaba lo mal que le va a su familia,
pero como gozando del violento relato,
o como pretendiendo sorprender con sus giros
cotidianos y turbios -hechos vueltos palabras-,
y salidas traviesas, cada tanto, y refranes.

Yo escuchaba, le daba la razón, asentía
a brutales preguntas -¿cuál es mi sí, mi no?-
que cada tanto hacía, que no esperaban réplica,
y si me condolía por tal o cual quilombo
reforzaba con otro más oscuro, más crudo,
a la vez que el contarlos los relativizaba.

Tal era su descanso, su respiro: contar
lo fatal de su vida, desgranar las semanas
de gritos y de golpes, sin guita y sin comida,
durante una visita de facturas y mate,
como buscando aliento en ese hablar sin pausas
que apenas pretendía, no sé, poder hablar.

viernes, 10 de junio de 2011

Pandora

Un poco con la espera
-no verte; reclamarte-
se afinaron mis versos,
se hizo sutil el arte.

El arte de buscar
palabras elocuentes
con que nombrarte; un arte
de pulsiones renuentes.

Renuentes y a la vez
hondas, como la bruma
del pozo de que extraigo
guijas de breve suma.

Así, fantasma flaco
de tonadas de arena,
adoptaron mis ojos
la tristeza serena.

Jan Garbarek circula
en la siesta sonora;
se expanden estos versos
sabiéndote Pandora.

jueves, 2 de junio de 2011

Innoble

Cómo marchar por las
arenas de un desierto
inhóspito, salvaje;

cómo beber de un agua
que no calma la sed,
y jamás ha llovido;

cómo un muerto dispone
las horas y los años,
cataclismo de lanzas;

cómo regir cometas
de un cielo que es igual
a lunares vencidos...

¿Qué es ella? Un atolón
por el que caigo o muto
interminablemente.

Un labio que rechaza,
y es el único labio,
aquelarre los cuerpos.

Infernal y distante,
trazo el abracadabra
de una magia vulgar.

Qué más quiere el endriago.
Qué fosa lo recluye,
por qué pasea frases.

Frases o dentelladas:
y masca sin apuros
un ensalmo de arena.