lunes, 29 de marzo de 2010

Surtido y ocasión

Pito tu salvia, líquido sudado
que era gragea de naranjas que,
al pie de tu mandíbula sensual,
pelabas. Libro, colofón de estancias,
preservativo -manga o animé-,
callada caminó. Sostiene el auto
la mesa en que tomábamos cerveza,
bajó el audaz, fulgió la detenida,
pena y nutriente su mirada. Sabe
distante al impostor, cruza los brazos,
olvida lo soñado. Rubia previa,
colecta toronjil adivinanza,
había un niño, curro elemental,
conversas y te ríes. Creo que
llegó un amigo, creo que chupamos,
y que la muerte o hábito o calada
se amedrentó. París, la sobremesa,
Silvestrov y gusanos, boba plebe,
hay algo que se va, sereno tilo
que florecés. Meaba, había bolsas
o de cemento o pasto, soberanas.

sábado, 27 de marzo de 2010

Se silenció el Basura

Pero el pesado, crispo de ternura,
enciende y desahoga
andares pulcros, toro el ademán,
y las alforjas, vientre
ternoazulado, placa que recuerda
la anónima razón,
no es la mañana virgen, ñata, no
acuses sino costras
de desentumecer, acosan, turbios,
a todos los diamantes,
a cada esparadrapo que, teñido,
limas ardió, vejamen
que ritma y descoloca, desenvuelto,
vinagre que escanciás,
pupo de seda, barro, el arañazo
del otro arroz, clinamen
cuyo prestigio, aldaba transitoria,
se interesó por versos,
se diametró en esfínter, se deshizo
de la columna tracia,
del ánimo galante, de la lluvia
ocasional y neutra
en que nos zambullimos en maromas
que no tenían ripio,
que no tenían muela, que tenían
tan sólo miniaturas,
campana reforzada que convoca
a la penetración,
al ritma no ideológico, homenajes
que adolecen de estilo,
los de la moto roja que entrelaza
cual barrilete a Mario
portador de papeles para el 'mortis',
con mantras del que cree,
la mara que compone sus cuevitas,
el índice de autores
de donde rescaté prosopopeyas,
alfanje resentido.

Ritmas de neceser, señalo lunas
a la papusa insigne,
impido el desenlace de los morros,
anoto confesiones
de una trigueña a flor de piel, escindo
nomenclaturas, tecnos
del álamo de Conti, la paqueta
velada en que te abduje,
el culo de informantes, y los viejos
aljibes nutria, los
costosos calendarios firmamento,
se cayó la parrilla,
se silenció el Basura, pespunteos
prístinos y relajados
de Pepe el Ingeniero, calentura
que palpo con pasión
distribuible a crotos, entimema
que me entretiene, Código
Da Vinci que sabés, me puede el morbo
de mirar las garrafas
estacionadas contra la ternura,
que ya dije, de mozas.

(Moza entonces, parrilla,
deseo contumaz,
papirotecnia/enganche
y un pibe de vereda
cuyo cristal chocó.)

sábado, 20 de marzo de 2010

Aún no

Nada decir. Sudar. La nochecita
respira, se exaspera.
La caótica música que escucho
no guarda relación
con la chicharra que me continúa
como un cable amarillo
que de pronto muriera. Casa/foco,
mi conciencia ha borrado 
toda palabra: quieta. (Sin embargo
aún quiero escribir,
aún hay algo hambriento que se opone
a que las cosas sean
apenas esta idiota certidumbre
que respira, que suda.)

lunes, 15 de marzo de 2010

Indefinido

Distiendes, desenchufas, pernoctás
y reverbero: escuchas
la música misógina que el chancro
no se permite pero
que apacienta lo mismo. Bando rojo,
palmetas del incesto,
una violencia, un bombo sin compás,
nido frecuente, un niño
que amordazara otarios y, medrosa
su flatulencia, adquiere,
y para siempre, el lívido milagro
de sofocar al Ángel.

Fumas y muerdes, rompes y lanzás,
adverbiamente: el listo
de toda su quietud, el pelonfái,
atado y madreselva
de escuchas que no aprenden la lección,
pétalo y sinapismos,
un bombo sin compás es una mueca
que amordaza a los contras
en toda su labor, llora indefenso
el niño, chanchas muelas
que lo aperciben, polo y parapeto
y sangre sancochada.

¿Te erigirás en pac-man de rejuntes,
pucho como canción?
¿Harás del hábito entimemas flojos,
rejilla comerás?
Un ánade se escurre como morsa:
tristeza. Suena oboe,
suena otro oboe, dos que se preparan
a fiestas inconclusas.

El lince devoró. Manija y piara.
Lazo de tu metal.
Miriñaque forzado. Magallanes
navega interminable.
(Sístole y mueca, diástole y perjurios,
callada caminó.)
La bala silba. Muerto, mira al ama
de llaves y de brevas.

sábado, 13 de marzo de 2010

Friso de Epec

Quirquincho que, carpiendo, resultara
lata de atún y morros
para tasar el ánimo. Pelones
que, lívidos, mentaron
a mercenarios lúgubres, moldura,
vario metal, arroz.

Mulita que, espantada, se masturba
entre piedras de amianto,
hipotenusa. Tensas maremotos
al degollar. Gorgona
que, insólita, compone y desconcierta
con braguitas al pie.

Charango, fulcro, tu folklor aunado
es óbice de incordios.
Tu soterrar arrestos y tendencias,
peladura y percal.

¿Habré de arar el Código Medrano,
que condesciende y ciñe
tus desvaríos? Puerta la pocilga,
lechuga de otro lar.

(Pero los pernos, muro que destiñe:
manitas de sentir.)

viernes, 12 de marzo de 2010

Qué choro Telecom

Pudor sanforizado y escabeche,
plaga de paramecios,
hilo de La Ventana y protocolo.

(Si lo repiten, cuenta, mandamases,
es por halo o disturbio,
es porque soy un caco sin toisón.)

Pudor abecedario y antesalas,
mitocondria vencida
que, pulenta, incursiona en calicanto.

(Porque mi fulcro, bendición de estopa,
es llano inconmovible
a pendencieros, liga del simún.)

jueves, 11 de marzo de 2010

Pelá tarjeta

Insípido, voraz, manifestado,
incontenible, chueco: el comején
se divirtió con togas y el andén
yacía torpemente contristado.

Y el occipucio, dedo sin curita
-tornasolada, cómica testuz-,
vio paramecios de antes, y la luz
defenestró descartes de estilita.

¿Un ánade latoso no sería
ciego y demente, un ánsar una loca,
el herbolario que tomaba coca

una pechuga? Siempre la crujía
inunda el calefón de los occisos,
y la maroma es alce de mestizos.

miércoles, 10 de marzo de 2010

Lógica del insomne

Un poco rock 'n' roll para los guastes
y almidón desventrado:
cuchara que acompaña y no deslinda,
puja de miel y arroz.

Un poco la protesta de la próstata,
hilos inconducentes
que juntan regateo con demanda
y perdido percal.

Un poco la zalema sin relapsos
de quien cree por lustros
que los camiones pactan, que transportan 
sánguches sin añil.

Y un poco aun los piélagos deformes,
inconsútil herencia,
mellizas y desmanes que requieren
hábitos o testuz.

Cuando todo desfonda,
cuando el guaso persiste
en hablar de la paga,
y la luna te muerde;

cuando tres paniaguados
y un Zar que se la come
se visten de papusas
y bailan con las moras:

entonces, cebo y palo contra el toro,
contra la imprevisible repartija 
y contra el estipendio del cospel.

Añejarás hocicos y mañanas
en fondas y estiletes, y el injusto
percherón travestido será Dios.

martes, 9 de marzo de 2010

Chaco querido

Guiso chorizo, muda y mandamás:
mi cierzo se encabrita y se deshace
contra Madonna -de horadado pupo-,
y sibarita es chancro de tesoros.

Guiso molleja, pavas del esguince:
pasos como cartones, la terapia
se aventuró sin discos ni camisas,
y la enfermera aguza por demás.

Mollejas y chorizos: no le sube
al tanque la blancura -me enquilombo-,
ni dictamina azúcares cansados.

Chorizos y mollejas: esperpento
es tu calor, hocico que pifiadas
de colocón anhela, sin medida.