La sal, sobre la mesa,
habla de vos. La luz,
que proyecta una sombra
que calla, habla de vos.
Felisa, que no quiere
nada de mí, y que duerme
o medita, juiciosa,
habla de vos. Mi casa
es un esquema inmóvil
en que ninguna x,
solución, escalpelo
-¡voz grave que tenías!-,
puede ser despejada.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario