Esto que me conforma:
las cosas, menoscabo
--grises, enjutas-- de
una mirada neutra,
unas manos que rozan,
pero de lejos, el
halo de luz hierática
que las sostiene. Rige
el presente una nada
de liviandad, un rictus
que atenaza, callado
y pertinaz, la mesa,
las paredes, el negro
cigarrillo --que sigue
a otro idéntico: muescas
con que señalo días
o libros del silencio--.
Anulo lo que bulle;
y el mundo, jarcia dócil
de la rutina, gira
sin otro panorama
que el de la eternidad.
Genial maestro, Éste perdurará.
ResponderBorrarLo vine a leer de nuevo.
ResponderBorrarGracias, Tal Gabu.
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