También, como sus manos,
cuando alcanzo a entreverlas.
¿Dónde las deposita
las veces que charlamos,
aburridos, pacientes,
simulando no ver
o no saber qué hacemos?
¿O es que no hacemos nada
digno de recordarse?
Como sus manos, algo
que promete y no quiere
ni busca prometer;
algo que anhela en mí
y que un muro sofrena,
pared de gestos llanos
que me alejan, ausentes.
Como sus manos, algo
que nunca llegará
a rozarme: una imagen
se fijó en mi memoria:
reflejo de una dicha
que calla cuando río.
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