Pero el pesado, crispo de ternura,
enciende y desahoga
andares pulcros, toro el ademán,
y las alforjas, vientre
ternoazulado, placa que recuerda
la anónima razón,
no es la mañana virgen, ñata, no
acuses sino costras
de desentumecer, acosan, turbios,
a todos los diamantes,
a cada esparadrapo que, teñido,
limas ardió, vejamen
que ritma y descoloca, desenvuelto,
vinagre que escanciás,
pupo de seda, barro, el arañazo
del otro arroz, clinamen
cuyo prestigio, aldaba transitoria,
se interesó por versos,
se diametró en esfínter, se deshizo
de la columna tracia,
del ánimo galante, de la lluvia
ocasional y neutra
en que nos zambullimos en maromas
que no tenían ripio,
que no tenían muela, que tenían
tan sólo miniaturas,
campana reforzada que convoca
a la penetración,
al ritma no ideológico, homenajes
que adolecen de estilo,
los de la moto roja que entrelaza
cual barrilete a Mario
portador de papeles para el 'mortis',
con mantras del que cree,
la mara que compone sus cuevitas,
el índice de autores
de donde rescaté prosopopeyas,
alfanje resentido.
Ritmas de neceser, señalo lunas
a la papusa insigne,
impido el desenlace de los morros,
anoto confesiones
de una trigueña a flor de piel, escindo
nomenclaturas, tecnos
del álamo de Conti, la paqueta
velada en que te abduje,
el culo de informantes, y los viejos
aljibes nutria, los
costosos calendarios firmamento,
se cayó la parrilla,
se silenció el Basura, pespunteos
prístinos y relajados
de Pepe el Ingeniero, calentura
que palpo con pasión
distribuible a crotos, entimema
que me entretiene, Código
Da Vinci que sabés, me puede el morbo
de mirar las garrafas
estacionadas contra la ternura,
que ya dije, de mozas.
(Moza entonces, parrilla,
deseo contumaz,
papirotecnia/enganche
y un pibe de vereda
cuyo cristal chocó.)
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