Quirquincho que, carpiendo, resultara
lata de atún y morros
para tasar el ánimo. Pelones
que, lívidos, mentaron
a mercenarios lúgubres, moldura,
vario metal, arroz.
Mulita que, espantada, se masturba
entre piedras de amianto,
hipotenusa. Tensas maremotos
al degollar. Gorgona
que, insólita, compone y desconcierta
con braguitas al pie.
Charango, fulcro, tu folklor aunado
es óbice de incordios.
Tu soterrar arrestos y tendencias,
peladura y percal.
¿Habré de arar el Código Medrano,
que condesciende y ciñe
tus desvaríos? Puerta la pocilga,
lechuga de otro lar.
(Pero los pernos, muro que destiñe:
manitas de sentir.)
No hay comentarios.:
Publicar un comentario