viernes, 12 de octubre de 2012

Nada

Las horas son endebles vigías que repasan 
poemas, postes pulcros o postigos
que callan, adefesios que no tienen la culpa 
de proponer un roce que diluyo.

Las horas son metales que crujen en la sombra, 
y licores, y el tedio de las cinco; 
flechas del tiempo que se esparcen en esquejes
que se negaron a crecer, y fingen. 

Las horas, la mañana, los desgarbados coches: 
ignoro la otra sed, la de unos labios 
que ayer decían desde la canción. 

Los venturosos coches, la noche, su denuedo: 
no me calma escribir, porque lo poco
que ahora sale es corrosión helada. 

1 comentario:

  1. http://youtu.be/T2ISJxLXd88

    Esta canción, los versos, "otras canciones vendrán / para calmarnos". Nada: me acordé...

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