sábado, 23 de junio de 2012

nº 0002

con ese negro influjo que la Luna
proyecta sobre mí, bien poco haré.

habría que enterrarla bajo aquellas
milimetradas zonas que el silencio
neutralmente dispone.

náyade o fuente: relajá mis brazos,
parapetá mi pecho entre sus muslos,
lográ que descartemos el ahogo.

que el fulcro se venció; que la Sirena
aúlla poderosa. serená.

martes, 19 de junio de 2012

nº 0001

largo una mosca porque sí. la data
me viene del afuera: vuela con
más que cercano pensamiento o hebra
--amiga/depauperio la mirada,
no ahora bifocal--. luego, sumisa,
surca los mares milibares y
sorprende con dos raptos de tensión
indiscernible: lar en el ambiente.

sábado, 9 de junio de 2012

espolvoreadas manos

las manos de mi padre parecían
fotografiadas mansamente. el foco
que la linterna hacía (como cal,
talco impalpable que desmerecía
dicha y calor) mostraba, iluminaba
el modo de encajar fijos tornillos
a la pared (¡solapas que torcía, poderoso,
con énfasis, sin más!),
mientras los dos mirábamos el cono
de luz, como pujando o forcejeando
para ajustarlo. luego me apené:
pasarían los años, moriría
el dueño de ese cuerpo sin sentir
casi que así regresará en la imagen
para mejor pasarla: ¡sosegad!

viernes, 8 de junio de 2012

la disección


a Alejandro Crotto 

un descuajeringado boca arriba,
bajo de abdomen, graves los escrotos,
peligra como el cosmos de lo bueno,
cosmos que, en mi niñez, indiferentes,
me dieran a entrever los peoncitos.

¿cómo olvidarlo? comejenes, larvas
entre las moras, río (¡los pedúnculos
y aromas del sentir!): parapetó,
daga sin mar, la piel
de un renacuajo en vida, lo cortó
en dos como se corta un vientre muerto
de una faena de hace mucho, sí.

el sapo, que era hembra (¡vaya Dios
a saber si era hembra!), el caporal
lo desgració, cortó como si nada
la bolsa de esos huevos que, rosáceos,
me fueron entregados sin demora
en un frasco de vidrio, que secó.

muchos años después, mostré la imagen.
esa foto recorre ahora galaxias,
nació de mí, inspirando
los estiletes de la disección.

martes, 5 de junio de 2012

Desde el asombro

La boca del estómago. Artificio
mi componer enmiendas.
Potente resplandor que aparecías
--abra y medida: ¡razas!--
interrumpiendo la actitud, ¡¿cuál era
tu modo de lucir,
tu precipicio o cauce, tu extasiarnos,
sentina sin testigos?!
Puedo habitar en puentes, con cadenas,
ahora; me convierto
en traspasado por el resplandor:
fiera que ruge, sirte...

lunes, 4 de junio de 2012

Un anciano me ayuda

Un anciano me ayuda. Poco a poco
comienzo a comprender.
(Está rajado el vidrio que él presenta
con lentitud, con tiento,
con oficio...) Mañana en que las cosas
se son de dar. Valoro,
reconociendo, al viejo que sin prisas
trabaja. Una vez más,
respeto y emoción. Si todavía
quiere poner el hombro,
dejemos que se esfuerce... Poco a poco
veo rodar la Tierra.

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AUDIO: http://www.goear.com/listen/0032462/un-anciano-me-ayuda-pablo-segui-