martes, 25 de octubre de 2011

Primero tragedia, después comedia - (Un sueño)

Sos vos y no sos vos. Sos más petisa,
vas de camisa blanca,
desabrochado el cuello, más sensible,
como que en falta. Niños
se mandan a la sala, ponen música
que no le agrada a tu
amante del momento. Vuelve a cero
mi celular, soy hombre
y arrastro a tu Don Nadie por el brazo,
escaleras mediante,
hasta la calle. Luego, mansamente,
y en calzoncillos, me
dejo llevar por canas. He perdido
las mañas: soy cortés
con quien me pide el documento. Había
tocado un contrabajo
en un momento de la noche, con
el arco. El Monse como
una pocilga, y el revisionismo.

miércoles, 12 de octubre de 2011

La máquina célibe

Es casi como el muelle que visito, insaciable,
cada tantas jornadas, en busca de ninguna;
y los barcos se alejan sin que nadie me mire,
y rudos marineros musitan salvajadas.

Es casi como el paso con que intento alejarme
del bosque de la rama dorada, sus oficios;
y manos inclementes me regresan al templo
inicial y estentóreo de ritos que me agotan.

Será que estoy marcado. Será que la inasible
fortuna me depara sólo angustia y ascesis.
Pulo versos que caen como goteo lento
y propicio más lustros de nudo en la garganta.

Una raja sin nombre me calcina la frente
y cuece la distancia con que te juzgaré.
Una raja que es todas las mañanas de turbio
dolor encasillado: raja de la estulticia.