sábado, 30 de abril de 2011

Paseo Sobremonte (boceto)

Dos nenas en la fuente
vacía. Corretean,
se ríen, saltan. La
familia (la señora,
el diligente padre)
las llama, las conmina
a no hacer tanta bulla.

Sentado, anestesiado
por los mil cigarrillos
(quién me rescataría),
espero a que la espera
me deshaga, me anule:
la plaza, apaciguada,
y yo, caduco, vil.

miércoles, 27 de abril de 2011

Hécate

Miro mi cigarrillo,
el monitor, su rostro.
¿Pavesas, arderemos
por poco tiempo, y chau?

El frío de las cinco,
y yo, descalzo, quieto.
O inquieto: PJ Harvey,
expresionista, aúlla.

Contemplo, mientras fumo,
esa Esfinge desnuda:
no hay palabras que digan
qué le soy, ni qué es nada.

(Las palabras: pegotes
que ni rozan su cuerpo,
ansiolíticos que
pretenden completar.)

Halo de PJ Harvey.
Ni Felisa protege.
¿Una vez más la Luna?
Arder. Y nada más.

domingo, 24 de abril de 2011

De Bibi a Bibi

"y aquel violín lejano y canoro
su tallo hace vibrar"

Vegetal, inocente
y firme como el viejo
magnolio en el jardín
de los cansados padres.

Y las enredaderas
se te trepan, abrazo
que tiene sus avispas,
crecimiento ondulante.

No me llega tu aroma
a esta aldehuela, pero
te sé bajo la luna,
dormida, singular.

(Cruenta diosa salvaje,
que sueña y se sonríe;
perversión de unas flores
profundas, delicadas.)

martes, 19 de abril de 2011

Asfódelos

Qué pocas cosas que quedaron de
ese amor temeroso, que perdura
tan sólo en pobres versos que recitan
hiel y reproches, sorbos que mantienen
incólume la sed: yerta fontana
de donde surgen lívidas figuras
que no son ella, sombras que se mecen
inaferrables, áridas y siempre
desdeñosas, ajenas a mi pulso
de liberado esclavo que, no obstante,
se inclina a sus cadenas, sus crateras.

Y eso quedó: ser otro del presente
-forzar los dados: negra suerte-, llagas
eternizar, sin cura. No comprendo
por qué su huella no se desvanece:
como luctuosa queja, como quiste
inatacable que detiene la
vida que puede florecer de nuevo,
vida que expande el mal al cultivarlo.

miércoles, 13 de abril de 2011

Superyó

Dispar periplo, tuerto: la galleta
que confundiera tanto yace ahora
desenredada, inocua. La mañana
apaga los foquitos.

(Foquitos/pesadilla del que gasta,
mi padre se cernía en un fractal,
nictálope mi ceño, de repudios,
enfrentamiento exangüe.

Y su piel operada, agrio racimo
que encandilaba: agón, distanciamiento
hechos razón, sistema: una derrota
en bienes devengada.

Alivianado luego, transmuté
funestas oraciones en cadencia
y, sin nombrarlo, retomé el dictamen:
tirano de la forma.)

Fumo y desecho, recompongo y sigo;
la zona con que sueño es la del alce:
desceñidas caricias que se esfuman
y un optar por la sal.

(Pobre la chica que inmolé en poemas,
conducida al sitial a chicotazos
de despecho verbal; y más se salva
cuando menos es verso.)

Franqueza, duración: con tales paños
diseñaré, me digo, otro velamen;
seco, rastreo nuevos arrecifes
hacia los que llegar.

domingo, 10 de abril de 2011

Repetición de alcance

¿Cómo fue? ¿Ya no está,
voltearon el umbral
que solo inauguraba
estar con otro? ¿O, terco,
me empecino -pesado
zombie de los noventa-
en el viejo pestillo, en viejas llaves?
¿Se deslizan cangrejos
por mis entrañas y huyes,
antípoda de pases
o taras del pasado, de maniobras
inconducentes que
digito ciego, pozo
en que evitás caer?

Desdén genero, innúmera,
en vos tan sólo, lote y lotería
sin sátiro y sin ángel, entimema
del que constatas -tres
figuras desiguales- que el penique
engordará a los amos esta vez:
modos pueriles, lances
que de una rechazás. Ardida noche
del aterido o vela del teclamen,
regreso a una escritura
en que te digo cosas improbables
-inabordable, mil-
que negarás sardónica.

lunes, 4 de abril de 2011

Proteccionismo y caza

Amar. Escolopendra y sinapismo
reniegan de un hacer que -¡perdularios!-
limas hurtó del numen y, mojarras,
se apropinguó a por bragas de un simún.

Fumar. Capcioso, requerido, enteco,
el hijo de Rolando y Nefertiti
decomisó yacijas demandantes,
y a la maroma y filo renuncié.

Pasar. Tu indiferencia por los astros,
morena del ordeñe,
Ciudad Juárez y dril,

malhumorada o fiel, probó del boldo
que a la pasión conduce:
repetido rubor.