domingo, 26 de diciembre de 2010

Bajando al centro

Si una tarde indiscreta te encontrara en la calle,
cargada con las compras de después de yugar,
en nada variaría el tono meditado,
levemente enemigo, con que me interpelás.

Pero soy yo el que, ciego, interpela a tu nombre
en el chat sin ventanas que tira un monitor;
soy yo el que se desploma ante ese plenilunio,
señora a quien las preces, cuando publico, doy.

La tarde en la ciudad es los cuerpos que sudan
y caminan seguros; la tarde es los cospeles
y los bares al borde del bombo de un cieguito.

Yo camino sin verte, vidriecito en la lengua
que olvido y que me marca, como bocado de antes,
como malvón que nada le genera a tu mirto.

jueves, 9 de diciembre de 2010

Lost Life

¿Qué fue, después de todo,
escribir poesía?
El calor atenaza,
no hay labios que me besen,
que me busquen, que quieran,
y esta ciudad dormida
es sólo la esperanza
de que vuelva a llover.

¿Qué fue, después de todo,
vivir el resplandor?
Di cuenta, con errores,
con ripios, de la luna
que crece como C;
y las chicas pasaban,
esbeltas, socarronas,
efímeras, salvajes.

¿Era amor, era asombro,
era miedo, era huir?
Solterón de mascotas,
casita inmunda, libros
que callan, impertérritos,
Art Pepper ya me dijo
qué sentir cuando el debe
te dibuja, fantasma.

sábado, 4 de diciembre de 2010

Escuchando Bill Frisell

La sal, sobre la mesa,
habla de vos. La luz,
que proyecta una sombra
que calla, habla de vos.
Felisa, que no quiere
nada de mí, y que duerme
o medita, juiciosa,
habla de vos. Mi casa
es un esquema inmóvil
en que ninguna x,
solución, escalpelo
-¡voz grave que tenías!-,
puede ser despejada.